¿Conoces cuáles son tus “hard skills”?
Las “hard skills” de un profesional — también conocidas como “competencias duras” — son conocimientos que él o ella ha adquirido a través de su formación técnica o universitaria, en áreas tan diversas como la ingeniería mecánica, el diseño industrial, la contabilidad, la informática, y una amplísima gama de disciplinas técnicas y profesionales.
Tus competencias duras se van fortaleciendo con tu trabajo diario. Las utilizas para resolver los retos laborales que van surgiendo en tu día. Las actualizas cuando te capacitas o tomas cursos de formación continua.
En definitiva, tus competencias duras son invaluables para ti. Son lo que te permite obtener un trabajo. Pero, ¿sabías que para retener tu posición y continuar creciendo en tu empresa también necesitas demostrar competencias suaves, o “soft skills”?
¿Qué son las competencias suaves y por qué son importantes?
Las competencias suaves son las habilidades que proceden de tu inteligencia emocional. El primer momento en que tendrás que demostrar estas competencias será en tu entrevista de trabajo; ésta será la primera prueba para saber si eres el candidato idóneo para el puesto que estás solicitando. La persona encargada de entrevistarte buscará detectar qué tantas habilidades sociales tienes. Observará tu comunicación y evaluará si tu lenguaje verbal y no verbal son positivos, sinceros y asertivos. También indagará sobre tu habilidad para trabajar en equipo, tu nivel de empatía y tu motivación.
Si eres seleccionado para el puesto de trabajo, tendrás que ejercer tus competencias suaves todos los días. En tu día con día, necesitarás:
- Trabajar en equipo
- Persuadir
- Ejercer una influencia positiva en otras personas
- Generar relaciones de confianza con otros
- Demostrar adaptabilidad y flexibilidad
- Ser un líder efectivo
En resumen, todas las competencias son importantes. Son tan valiosas las duras como las suaves. Por ello, es fundamental que además de seguirte capacitando intelectualmente, sigas cultivando las habilidades de la inteligencia emocional.
Un buen punto de partida para comenzar a trabajar en este aspecto de tu ser es el autoconocimiento.
¿Qué es el autoconocimiento? (¿Y para qué sirve?)
El autoconocimiento es una de las competencias de la inteligencia emocional.
Es la primera competencia suave que uno debe trabajar. Sin autoconocimiento, ninguna de las otras competencias se pueden mejorar.
Como su nombre lo sugiere, el autoconocimiento es la capacidad de conocernos a nosotros msimos, tomando consciencia de nuestras fortalezas y debilidades. También es saber cuál es nuestro temperamento y nuestro carácter. Todo lo que tenga que ver con nuestra forma de ser y relacionarnos con los demás.
Si tú comprendes tus emociones y pensamientos, entonces podrás gestionarlos y adecuarlos al momento presente. Se trata de un superpoder que no todos tienen. Es el poder de mantenerte tranquilo en una junta estresante. De no dejarte arrollar por la ansiedad cuando algo sale mal. De no infectarte con la negatividad de un colega que está “de malas.”
Tu capacidad de autoconocimiento es la llave que te permite crecer como profesional y como persona. A medida que descubras cuáles son partes de ti que necesitan trabajo, te sorprenderás de cómo tu desempeño y tus relaciones con otros empiezan a transformarse.
3 claves para ampliar tu autoconocimiento.
Desde luego, crecer en tu autoconocimiento es todo un viaje, pero aquí lo emocionante es que todo viaje tiene un punto de partida. Si nunca has sentido la curiosidad de trabajar esta faceta de la inteligencia emocional, ahora te comparto tres iniciativas sencillas y prácticas que puedes emprender para ir conociéndote cada vez mejor:
- Pon atención a tu diálogo interior. Escucha tus pensamientos. La mayor parte del tiempo, ¿son positivos o negativos? En tu narrativa diaria, descubrirás la raíz de tus comportamientos. Generalmente, lo que te sucede no es lo que te hace accionar de un modo u otro, sino lo que tú mismo te dices acerca de ello.
- Analiza tus comportamientos recurrentes. Sin juicio. Por ejemplo, observa tus reacciones en los momentos tensos o difíciles con la gente que te rodea en tu entorno de trabajo. ¿Puedes encontrar algunos patrones de conducta que generalmente no producen el resultado que deseas?
- Pide retroalimentación a las personas cercanas a ti, tanto en el trabajo como fuera de él. Solicita que te digan 3 aspectos tuyos que sean positivos y 3 aspectos que puedes mejorar. En la empresa, participa con apertura y sinceridad en las evaluaciones 360º para conocer como te percibe tu equipo de trabajo y el resto de tus compañeros.
Si pones en práctica estas iniciativas, probablemente descubrirás cosas interesantes sobre tu forma de ser y actuar. Al conocerte más, estarás dando un paso que muchos no se atreven a dar.
Visita nuestro blog con frecuencia para aprender más técnicas y trucos para cultivar tus competencias suaves. Te deseamos la mejor suerte en este excelente proyecto de cultivar tu inteligencia emocional, conocerte a ti mismo y convertirte en una mejor versión de ti cada día.
