Los pasos de la creatividad según las neurociencias.

Productividad
De acuerdo a los neurocientíficos, existen algunos pasos necesarios para poder ser creativos.

Todos tenemos el potencial creativo y es muy conveniente saber esto, pues antes se creía que la creatividad solo se alcanzaba cuando las musas o los dioses de la antigüedad, buenamente se dignaban a ofrecérsela a unos cuantos privilegiados.

¿Pero qué es la creatividad?

Podemos definir la creatividad como la capacidad para crear o inventar algo, utilizando la información que ya tienes. Se trata de innovar: o sea, crear algo nuevo a partir de algo que ya existía, pero en una versión “2.0”.

Hay algo muy importante que debes tener en mente: el pensamiento creativo invariablemente parte de algo previo para hacer algo novedoso. Por eso, mientras más informado estés y tengas un mayor manejo de datos, hay mas posibilidad de que seas creativo.

En el trabajo es muy útil tener desarrollada esta habilidad, porque te ayuda a resolver los problemas que se presentan en la empresa, específicamente en tu equipo de trabajo.

Imagina que te contratan como manager en una empresa cuyos procesos no funcionan de manera integrada, porque las personas de los diferentes niveles no tienen buena comunicación. Lo primero que tienes que hacer es conocer la problemática a fondo para saber que cambios debes hacer.

En una situación así, te sirve mucho tu expertise técnico como tu creatividad. Y para eso te voy a compartir los pasos que se requieren para poner tu creatividad en marcha.

De acuerdo a los neurocientíficos, existen algunos pasos necesarios para poder ser creativos. No es posible que así de la nada, de pronto tengas una idea genial y transformadora que cambie el rumbo de la empresa.

Es verdad que ser inspirado, flexible, arriesgado, un poco loco (no mucho), curioso, imaginativo y tener algo de inventor, te van a ayudar mucho, pero tienes que tener una cierta estructura para que tus resultados sean consistentes, confiables y sólidos.

Pasos para ser creativos, según las neurociencias.

1. Fase de preparación.

Tienes que estar muy bien informado y prepararte mucho sobre el área en la que quieres hacer cambios para bien. En el ejemplo que te planteé antes, sobre la empresa que te contrata como su director; tendrías que analizar previamente la estructura organizacional, los recursos, el talento humano con que cuenta la empresa, el presupuesto, los sistemas, etc.   

También tendrías que tener reuniones con los responsables de cada área para que te informen sobre los    problemas por los que están atravesando, y planear con ellos posibles soluciones.

Como ves, este paso de la preparación es algo muy intenso que toma tiempo. Tienes que tener paciencia pero ser muy constante y muy comprometido para lograr tal grado de expertise que te permita diagnosticar de manera adecuada la situación para poder hacer los cambios que pueden mejorarla. Así que esta etapa es de investigación, estudio, reuniones, escucha, recabar información y de prepararte a tope.

2. Fase de incubación.

Esta etapa lo que haces es asimilar la información. Ya investigaste a fondo y estás preparado para poner a trabajar a tu cerebro. Es la etapa en que ya recolectaste del exterior “todo lo habido y por haber” sobre el tema y con esos datos vas a analizar una y otra vez la situación. Vas a buscar de manera concienzuda las posibles soluciones. En esta fase tienes que concentrarte de una manera casi obsesiva sobre lo que harás para cambiar el estado de las cosas. Buscar todas las posibles soluciones.

En la incubación organizarás tus ideas, buscarás diferentes perspectivas, practicarás el brainstorming personal , generando tu propia lluvia de ideas y aterrizarás “en el papel” todas las que parezcan la mejor solución.

3. Dejar tu cerebro en reposo.

En esta fase, sueltas la situación, la dejas descansar, como cuando estás preparando un guiso y llega el momento de ponerlo a fuego bajo y “pasarlo a la hornilla de atrás”, como dice aquella expresión norteamericana; es decir, dejar las cosas en un segundo plano. Literalmente dejas a un lado el tema y pones tu cerebro en off.   

Durante este tiempo, tu cerebro va a procesar toda la información que le entregaste y también las propuestas que le presentaste.

Lo que han descubierto los neurocientíficos es que en esta fase el cerebro trabaja muchísimo, tanto como en la fase previa. No descansa; se queda buscando las respuestas que necesitas y te las va a hacer saber en el momento en que menos te lo esperas. Puede ser mientras te bañas, o al despertar e incluso mientras duermes.

Es impresionante lo que el cerebro es capaz de hacer en esta fase de reposo o de “apagado”. Te aseguro que si te lo propones puedes recordar uno o varios momentos en que estabas sin hacer nada y de pronto, “¡Ajá!” Te llega una idea genial sobre un tema que te tenía muy ocupado y preocupado, ¿cierto? Lo que pasó es que tu cerebro no descansó. Mientras tú hacías otra cosa, el siguió buscando la solución y de pronto llega la idea genialmente creativa.

Los neurocientíficos han descubierto una red neuronal, que es una red “en reposo” que procesa la información que has incorporado previamente en tu cerebro. Por eso es tan importante no brincarte esta parte del proceso creativo. Si no dejas “descansar” a tu cerebro, no completarás los pasos, y difícilmente vendrá el momento en que “te cae el 20” y llega la respuesta que resuelve la situación que te ha tenido ocupado.

4. Estar dispuesto a equivocarse.

Según la investigación del neurocientífico Facundo Manes, hay que estar abierto a equivocarse. Es muy importante equivocarse porque nadie que haya hecho algo importante y transformador, se le ocurrió al primer intento. Eso no es posible.

Hay una anécdota sobre el científico Thomas Alva Edison sobre su invención del foco (la bombilla eléctrica) que puede ilustrar la importancia de fracasar.

Se dice que Alva Edison realizó mas de mil intentos en este invento, al grado que un discípulo suyo le preguntó por qué insistía en construir una bombilla eléctrica si llevaba más de mil veces fracasando. El le respondió: “No son fracasos; he conseguido saber 1000 formas de cómo no se debe hacer una bombilla”.

Imaginen que sería de nosotros si este gran hombre no hubiera persistido. Se sabe que patentó mas de 2000 inventos gracias a su gran genialidad y preparación pero también a su disposición a equivocarse y perseverar.

Desafortunadamente en nuestra sociedad, en la empresa, la familia y en todos los ambientes está muy mal visto equivocarse. El error está muy estigmatizado, y esto es una terrible equivocación, porque equivocarse es un paso del proceso. Todo es ensayo y error en esta vida, y en la empresa no es la excepción.

Por eso te animo a que te permitas equivocarte como un paso fundamental de tu propio proceso creativo. No desistas si cometes errores, mas bien busca la forma de aprender de ellos y continúa intentando hasta encontrar la solución.

En conclusión.

Estos 4 pasos son los más importantes para que surja la creatividad. Como puedes ver no se trata de esperar a que te llegue la inspiración y proponer lo primero que se te ocurra. Hay pasos claros y concretos que te llevarán a tomas decisiones transformadoras en tu trabajo y en la empresa.

Prepárate lo mejor que puedas, incuba la idea y piensa en el tema obsesivamente; después, deja reposar a tu cerebro, mientras te ocupas en otros temas. Te aseguro que llegará el momento Eureka en el cual surge esa solución creativa que tanto estabas buscando.

Después de esto hay otros pasos que tienen que ver con ir haciendo ajustes. Recuerda que tal vez no resulte bien a la primera (recuerda que hay que estar dispuesto a equivocarse).

Una vez que tu creatividad está en marcha, podrás hacer los cambios o ajustes que se requieran. Pero en esencia con estos 4 pasos estarás inmerso en un proceso creativo que te ayudará a tener ideas inspiradoras y transformadoras que serán de beneficio para ti y para la empresa.

Tener un conocimiento amplio y profundo de algo y querer mejorarlo: ese es un punto clave del proceso. Para esto necesitas interiorizar el espíritu de la mejora continua y la toma de riesgo. Estas dos conductas, son necesarias para emprender y compartir tu fuerza creadora.

La innovación se alimenta de la creatividad. Sin creatividad, no hay ideas y sin estas, no hay innovación.

Como dice nuestro director, Octavio Estrada: “Sin innovación, las cosas quedan atascadas en el tiempo, tal cual se tienen en el presente”.

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