Qué hacer cuando la rutina y la desmotivación boicotean tu día laboral

Productividad
Cómo comprometerte con lo que haces a pesar de la rutina y de la desmotivación.

¿Sabías que es bastante difícil pretender estar motivados y enfocados todos el tiempo?

Cuando empezamos cualquier proyecto o cualquier emprendimiento, estamos llenos de energía y entusiasmo, nos sentimos positivos y motivados, y eso es genial e incluso muy necesario. Es como cuando un atleta comienza una carrera o un maratón: tiene toda la energía que necesita, pero después de un tiempo empezará a cansarse y tendrá que echar mano de todos sus recursos para seguir hasta el final.

Esto aplica para cualquier proyecto, emprendimiento y para el trabajo que hoy tienes.

Cada vez que algo inicia, las personas somos capaces de estar motivados por periodos más largos, pero al paso del tiempo y cuando se instala la rutina, empezamos a perder un poco la motivación. No te desanimes, esto nos pasa a todos y tiene una explicación.

Nuestro cerebro, (el órgano más maravilloso y más complejo que poseemos) pone todo sus recursos al servicio de lo nuevo, lo importante y lo estimulante, sin embargo no es posible mantenernos en ese estado todo el tiempo    porque sería un enorme gasto de energía que se requiere para los demás procesos que ejecuta, así que buscará dominar las tareas que tenemos que hacer, para poder automatizar ciertos procesos.

Este equilibrio (homeostasis) que busca tu cerebro, le permite regular tus ciclos de estabilidad y cambio, como por ejemplo el de sueño y vigilia; el de trabajo y descanso; el de novedad y rutina, el de aprendizaje y aplicación.

¿Qué hacer cuando la rutina en el trabajo te desmotiva?

Lo primero que tienes que saber es que la rutina es necesaria. Es bueno tener un cierto sentido de previsibilidad que te ayude a ahorrar energía mental, sin tener que estar atormentando a tu cerebro para que tome decisiones a cada instante.

Por ello, repetir hábitos que te han funcionado, es bueno. ¿Te imaginas lo desgastante que sería si no tuvieras esa rutina automática al despertar, de apagar el despertador, levantarte a bañar, vestirte, poner el café y checar los correos? Este tipo de rutinas están tan arraigadas que las hacemos sin pensar. Sería muy cansado tener que decidir todos los días cada instante este tipo de detalles.

Sin embargo, la rutina puede mandar a dormir a tu cerebro si no recibe una revisión de vez en cuando y haces algunos cambios. Por eso si te sientes aburrido y desmotivado por la rutina, revisa qué cosa puedes hacer diferente. Recuerda que tu cerebro te está enviando señales de que ya estuviste mucho tiempo sin retos ni aprendizajes nuevos.

Como te expliqué anteriormente, tener “todo dominado” es bueno por un tiempo, pero si te quedas en esa zona de confort demasiado tiempo, tus quehaceres se harán más pesados, el día irá más lento y tu te sentirás desmotivado.

Cómo comprometerte a pesar de la rutina y de la desmotivación.

Es muy útil que tengas en cuenta que la motivación no siempre hará su aparición. A veces está y a veces se esfuma.

Digamos que es necesaria para ilusionarte en un proyecto y para planear a futuro, porque te hará dirigir tus pasos hacia aquello que quieres ver realizado y te ilusiona, pero en el largo plazo, cuando estás trabajando en algo de forma permanente o algo que toma mucho tiempo, no es conveniente dejarte guiar únicamente por ella.

Cuando tengas que levantarte y no tengas ganas, cuando debas ponerte a trabajar y estés desmotivado, sólo necesitas seguir los pasos que seguías cuando estabas motivado. Un pie tras otro pie que te lleve a sentarte a trabajar, parece tonto pero no lo es, porque una vez frente a las tareas, se estimulará el interés de tus neuronas. Si a eso le agregas un poco de esfuerzo y voluntad, será más fácil.

Te vuelvo a poner el ejemplo del atleta: imagina que suena su alarma a las 5:00 am que le indica que es hora de entrenar, pero no le apetece. El sabe que tiene que entrenar si quiere competir en ese maratón, por eso aún sin ganas solo se pone la ropa deportiva, los tenis, abre la puerta y sale a trotar. En quince minutos estará totalmente concentrado en su entrenamiento y feliz de haberse levantado. También estará orgulloso por ser disciplinado y comprometido.

Cuando estás comprometido, sucede algo muy bueno y es que aunque empieces una tarea sin mucho entusiasmo, al poco tiempo estarás concentrado, ocupado y centrado en lo que tienes que hacer. Una vez que te concentres en tus tareas, volverá la motivación y entrarás en un círculo virtuoso de motivación, compromiso y satisfacción.

¿Qué hacer si la rutina y la desmotivación te siguen boicoteando el día?

Recuerda que tienes un aliado que es tu cerebro, y cuando manda señales de aburrimiento es porque necesita nuevos estímulos en los cuales enfocarse. Tal vez te está pidiendo que reorganices tu rutina de trabajo y que cambies algunas cosas.

Gracias a esas señales tu puedes ver que algo te falta o que hay insatisfacción en tu trabajo. Ese estado de carencia y esa sensación desaparecerán en cuanto tomes acciones para resolverlo.

Revisa estas posibles causas que pueden estar afectando tu motivación.

  • No tener bien delineados tus objetivos laborales.
  • No estar alineando con la misión y la visión de la empresa.
  • Un clima laboral tenso.
  • Una carga de trabajo desproporcionada
  • Mala comunicación entre los colaboradores.
  • No pertenencia al equipo de trabajo.
  • La sensación de no aportar valor.
  • Estar en el trabajo equivocado.

Si te fijas, todo eso puede mejorar si tomas las acciones correspondientes. Si necesitas ayuda, habla con tu jefe y dile que te apoye para arreglar la situación. De hecho es importante que le comuniques lo que está pasando porque sin duda habrá notado que algo pasa con tu desempeño.

Tu jefe puede ser de mucha ayuda. Nunca te va a decir: “mira, si estás motivado haz tu trabajo, si no, tu quédate tranquilo, que no pasa nada”, (es broma 😄) pero de cualquier manera te sugiero que le hagas saber que te importa tu trabajo y que necesitas reorientarlo para que tu desempeño y tu motivación mejoren.

Mientras te decides a combatir a la dupla terrorífica “rutina-desmotivación” y te animas a tener una conversación con tu supervisor, te dejo algunos tips para refrescar tu día laboral:

  • Cuando estés mas despejado, haz las tareas más difíciles. Deja las más sencillas para las horas densas (claro, en la medida de lo posible)
  • Examina tus hábitos y empieza a modificar aquellos que no te dejan ser productivo.
  • Trata de mantenerte enfocado y para ello ponte horarios para ver tus redes en tus tiempos de descanso.
  • No comas delante de la computadora. Es importante cambiar de lugar para diferenciar tus horas de trabajo de tus tiempos libres.
  • Si ya te bloqueaste con una tarea, respira profundo, levántate por un par de minutos, toma agua y regresa. Verás la diferencia.

En conclusión, te invito a mejorar tu día laboral, haciendo pequeños cambios que le ayuden a tu cerebro a ser más eficaz y a obtener mejores resultados, para que no te quedes sentado frente a la computadora sin saber por dónde empezar, mientras montañas de tareas aguardan por ti.

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