¿Sabías que hoy existe evidencia científica de que adquirir ciertos hábitos potencia nuestro bienestar y felicidad en el corto plazo?
Como sabes, un 30% de nuestro bienestar está influido por nuestra composición genética, pero el otro 70% depende de factores que podemos influir a voluntad. Tal vez por ahora no puedas cambiar de trabajo, pero sí puedes trabajar de un modo más satisfactorio. Tampoco puedes cambiar a las personas de tu equipo, pero sí puedes trabajar mejor con ellos. Incluso las acciones más sencillas pueden lograr un cambio exponencial si se mantienen día a día.
El neurólogo y neurocientífico Facundo Manes, en diversas conferencias nos propone algunas claves para que podamos vivir con mayor bienestar. Algunas de estas claves las hemos sabido siempre, pero ahora hay evidencia científica del impacto que tienen si las practicamos diariamente. Ahora te compartiré las 4 claves que me parece que aplican bien al trabajo.
1. Forja vínculos humanos sanos con tu equipo de trabajo.
Tal vez alguna vez has pensado: “al trabajo yo no vengo a socializar ni a caer bien”. Hay gente naturalmente sociable, y también hay quienes prefieren no construir lazos con sus colegas. Pues bien, según la neurociencia más reciente, el cerebro es un órgano social, y eso significa que necesitamos llevarnos bien con las personas con las cuales convivimos diariamente. Esto no es opcional.
Hoy está demostrado que cuando nos sentimos aislados socialmente, el cerebro también entra en auto preservación; se deprime, y entonces se producen problemas de salud tanto físicos como emocionales.
Por si esto fuera poco, cuando no hay buena relación entre los miembros de un equipo, el ambiente se vuelve tenso y la creatividad se bloquea. No es posible sentir bienestar ni ser creativo cuando no confiamos en las personas que están a nuestro alrededor.
Por otra parte, cuando llevas una buena relación con tus compañeros de equipo, te sientes conectado con ellos y puedes relajarte, confiar y trabajar a gusto porque el ambiente es armonioso. Un cerebro relajado es mucho más creativo y productivo.
Por eso te conviene cultivar la habilidad de interesarte por tus compañeros genuinamente, aunque seas de naturaleza solitaria o reservada. Conocer las necesidades y opiniones de los demás, ofrecerles tu calidez y tu apoyo cuando sea oportuno, te ayudará a fortalecer tus vínculos con ellos. Y esto a su vez aumentará tu paz, tu bienestar y tu satisfacción en el trabajo.
2. Ten un propósito en tu trabajo
Las personas pasan la mitad de su día trabajando. Por eso es fundamental encontrarle sentido al trabajo que realizas.
Todos necesitamos saber que aportamos. Tenemos una necesidad interna de contribuir y saber que lo que hacemos impacta positivamente a otras personas. Somos felices cuando nuestras acciones están encaminadas a obtener resultados que consideramos positivos e importantes.
Por tanto, aunque hoy no tengas el trabajo de tus sueños, te propongo que a partir de ahora asumas como propia, la misión de la empresa en la que laboras. Así tu actividad diaria estará alineada con un propósito y tu trabajo tendrá más trascendencia para ti.
Si las tareas cotidianas te hacen perder de vista el propósito en tu trabajo, te sugiero que converses con tu supervisor para que puedan delinear más claramente tus objetivos. Entonces podrás poner tu trabajo en un contexto mas grande y encontrarle nuevamente sentido a lo que haces.
Tener una sensación de dirección y propósito te motivará a hacer tu trabajo correctamente. También te ayudará a reconocer tus logros y esfuerzos, a terminar tus proyectos, y a saber que contribuyes a una misión y que aportas valor.
3. Concentrarte en el presente.
Este paso no es fácil porque vivimos en una sociedad en que muchas cosas arrebatan nuestra atención todo el tiempo. A eso súmale que las personas tendemos a cavilar mucho: pensar en las cosas que nos han pasado o “futurear” sobre lo que vendrá. Todo esto hace que nuestra atención normalmente esté bastante dispersa.
Manes nos explica que un cerebro atento es un cerebro feliz porque nos saca del circuito de la ansiedad. ¿Y qué nos causa ansiedad? Todo aquello que no podemos controlar; es decir, todo lo que está en el pasado o en el futuro. Así que lo mejor es tratar de concentrarte en la tarea que estás haciendo y en las pequeñas acciones que necesitas realizar para cumplirla. A la larga, esto fortalecerá algunas redes neuronales para que cada vez te sea más fácil estar enfocado.
Cuando te sientas disperso, respira de manera consciente y profunda. Estira tus músculos, oxigena un poco tu cerebro; si puedes, toma un poco de agua. Todo tu sistema te lo agradecerá. Si no logras enfocarte, cambia a una tarea más interesante y después vuelves con renovada energía.
Eso nos lleva a la cuarta y última clave.
4. Concéntrate para entrar en estado de flujo (“flow”)
El “estado de flujo” es lo que pasa cuando estás haciendo algo con tanta atención, que te sumerges en ello. Es cuando realizas una actividad con tal concentración que te olvidas de todo lo demás, el tiempo se te va volando y tú la estas pasando realmente bien.
Éste lo conseguimos cuando nos involucramos completamente en la tarea que estamos haciendo.
Antes se creía que solo podíamos entrar en flujo cuando la tarea a realizar tenía que ver con nuestras pasiones e intereses. Hoy se sabe que puedes acceder a este estado con cualquier actividad, si te lo propones.
Es posible entrar en flujo incluso con tareas rutinarias. El cerebro siempre está esperando que le des instrucciones para concentrarse en algo. Una vez que le das el comando, él se aplica y logra sumergirse en ello. Lo que se requiere es constancia para formar el hábito de comprometerte a fondo en cada tarea que realizas.
Algo que puede ayudarte, es eliminar las cosas que te distraen, lo más que puedas. Apaga tus redes sociales, silencia el celular y trata de tener un espacio limpio, iluminado, ventilado y tranquilo para trabajar. No necesitas un gran espacio, solo que esté ordenado y puedas estar cómodo.
Otro tip es identificar cuáles son las cosas que te desconcentran y te distraen, y hacer un plan para vencerlas. Tal vez sólo necesitas unos audífonos, o ponerte alarmas y recordatorios para administrar tus tareas y tus tiempos. Te aseguro que cuando logres centrar tu atención en la tarea delante de ti, sin distractores, podrás concentrarte y entrar en flujo.
Aprender a estar en flujo el mayor tiempo posible tiene muchos beneficios. Estar inmersos con toda nuestra atención en una tarea, hace que tengamos estados de creatividad y productividad muy elevados. Esto no sólo te aporta una sensación de bienestar; al final, te darás cuenta de que creció tu capacidad de controlar tus tiempos, de que eres más capaz de cumplir tus objetivos.
En conclusión
Tener más bienestar laboral es posible si te lo propones. Te sugiero que pruebes algunas de estas sencillas claves, que están a tu alcance, siempre y cuando tengas la voluntad de aplicarte. Tal vez al principio tengas que hacer un poco de esfuerzo, pero si tienes constancia y perseveras, pronto verás resultados.
Ánimo, vale la pena. ¡Tú mereces disfrutar de tu trabajo!