Como decíamos en artículos anteriores, convertirse en un líder-coach debe ser la aspiración de todo gerente o directivo en nuestros días.
Mencionábamos también que ser líder-coach comienza con estos dos pasos:
Una vez que hemos clarificado a nuestro equipo qué se espera de ellos y hemos tomado medidas para fomentar su motivación y satisfacción con su trabajo, podemos avanzar al siguiente paso: dar acompañamiento continuo.
Saber cómo acompañar a las personas es fundamental para que puedas ser un líder de excelencia. El éxito del equipo y el tuyo, dependerá de la calidad del acompañamiento que des, del compromiso que tengas contigo mismo en esto y la constancia con que lo realices.
Este acompañamiento tiene un nombre. Se conoce como: Administración Continua del Desempeño (ACD). Es la práctica de dar coaching a las personas durante la realización de su trabajo a lo largo de su carrera contigo.
Para dar un buen acompañamiento al desempeño de las personas, puedes seguir el patrón de las cinco Conversaciones de Acompañamiento del Desempeño (CAD):
- Rol & expectativa de desempeño
- Conexión rápida
- Check-in
- Revisiones de progreso
- Engagement, crecimiento & capacitación
Cada conversación tiene sus propias particularidades y sus propios objetivos. Todas son importantes y todas tienen una razón de ser. Cada una tiene un propósito específico que te ayudará a dirigir a las personas que trabajen contigo. Platicaremos a detalle sobre qué sucede en cada conversación (y lo más importante: cómo implementarlas) en nuestros próximos artículos.
Por ahora, hay un punto importante que te quiero compartir. No caigas en la trampa de tratar de dar acompañamiento o retroalimentación “todo terreno (4×4)”, como le llamo.
¿Qué es este coaching “todo terreno”? Tristemente, es un estilo de coaching y retroalimentación que he visto que hacen muchas personas y muchas empresas. Tratan de hacer un “licuado” de todas la conversaciones arriba mencionadas, tratando de cubrir todo al mismo tiempo; dedican de 60 a 90 minutos en una sola sesión de acompañamiento cada semana (o cada mes, o cada año, o…). Estas sesiones son largas, improductivas y cansadas.
Recordemos las estadísticas de Gallup, las cuales mencionábamos al comienzo de esta serie de artículos. Sólo el 47% de las personas reciben retroalimentación y acompañamiento. De ese porcentaje, sólo el 26% piensa que su retroalimentación les sirvió de algo.
Espero, entonces, que tú seas uno de los audaces promotores del cambio, construyendo una cultura de cercanía en la cual el supervisor sabe darse el tiempo de dialogar y escuchar a las personas que trabajan a su alrededor regularmente.